sábado, 10 de julio de 2010

VERDAD, JUSTICIA Y RECONCILIACION (5to SECUNDARIA)

¿Es posible iniciar la construcción de un paradigma de desarrollo humano sustentable en sociedades traumatizadas por profundas heridas y divisiones heredadas de guerras y regímenes de violencia?

La respuesta es positiva, aunque condicionada a que se alcance un nuevo pacto de convivencia para la reconciliación nacional, lo que supone, a su vez, un complejo proceso psicosocial y la puesta en vigor de disposiciones legales e institucionales dirigidas a alcanzar ese fin.
Las sociedades que han transitado por algún conflicto violento o han sufrido las consecuencias de un prolongado régimen autoritario o totalitario se enfrentan, justo al inicio de los procesos de paz y de cambios hacia la democracia, con un pesado fardo de violaciones de derechos humanos cuyas víctimas esperan justicia.
Los expedientes criminales se reactivan hoy en Argentina, Chile y Uruguay, mientras en España se desempolvan los papeles de la Guerra Civil y se derriban las estatuas del caudillo a más de tres décadas del fin de su régimen.
En Perú al parecer sigue la dirección contraria con el cierre de la posibilidad de encausar a los verdugos del terrorismo de estado, mientras se aplica la justicia sobre los grupos de actores no estatales irregulares que ejercieron el terrorismo igualmente. Derechas e izquierdas se polarizan en torno al tema, desaparecen testigos de cargo en circunstancias misteriosas y se retoma el lenguaje amenazador de la violencia.
Hay incluso dificultades culturales. En la cultura hispana hay una forma de codificar el honor que no admite perdones ni reconciliaciones. El honor –codificado en clave machista- ha de ser lavado con el sufrimiento y la sangre de aquellos que intentaron ultrajarlo. Implicados en esa lógica perversa del honor están implícitos otros mensajes, como aquel de que dialogar, negociar, perdonar y reconciliarse con el adversario son imperdonables amaneramientos equivalentes a la capitulación y la traición. La influencia del principio de "ojo por ojo y diente por diente" no es exclusiva de otras culturas, latitudes y religiones, sino que permea también hasta el presente la cultura hispana y latina, e incluso buena parte de la sajona. La lapidaria frase de Gandhi cuando aseguraba que si cobramos ojo por ojo pronto todos quedaríamos ciegos, no ha sido todavía asimilada.
Todo parece indicar que el reclamo de verdad y justicia puede ser pospuesto pero no abandonado. La marea de demandas de paz puede sobrepasarlo en un momento dado, pero siempre retorna, como resaca inevitable, para recordarnos que hay cosas que no pueden borrarse de la memoria y hay daños que reclaman ser reparados.
Las reconciliaciones no se decretan. Es La sociedad quien debe facilitarlas de diversas maneras Aunque perdonar es potestad de las víctimas. El perdón no puede decretarse como las amnistías. Perdón y absolución legal no son equivalentes. Del mismo modo que amnistía no significa amnesia.
Todo intento de imponer la reconciliación cuando no han existido procesos concomitantes de verdad, memoria y justicia termina en el fracaso.
La reconciliación nunca puede fundarse sobre la base de la impunidad y el olvido. Ese camino puede conducir al reinicio del conflicto que se creía superado. Pero la reconciliación es tan necesaria como lo son la verdad, la memoria sobre lo ocurrido -para aprender las lecciones que de ello se derivan- y el ejercicio de múltiples fórmulas de justicia en favor de las víctimas. Conocer la verdad puede resultar perjudicial si luego se abandonan los procesos de justicia y reconciliación. En esos casos, limitarse a develar la verdad puede servir para atizar el rencor y el deseo de venganza de aquellos que esperaron justicia inútilmente.
Las sociedades que han pasado por procesos traumáticos como los mencionados requieren sanar sus heridas y aprender de su pasado, para no repetir los mismos errores en el futuro. Eso no es posible sin establecer con la mayor objetividad posible lo que realmente sucedió y sin comprender –que no significa aprobar- los motivos que llevaron a cada persona e institución a actuar del modo en que lo hicieron. Dejar pasar el tiempo puede ser útil en ciertas circunstancias para calmar los ánimos, pero no para cicatrizar heridas. A mediano o largo plazo el reclamo de verdad y justicia vuelve a tomar el centro de las discusiones y, en ocasiones, podría hacerlo retornando a la violencia.
Al parecer, la reconciliación puede ser un ardid, una quimera y una posibilidad real según el modo en que se aborde. Fue invocada como ardid por quienes deliberadamente quisieron proteger a cómplices y verdugos de toda incriminación e impusieron leyes de Punto Final, basados en una interpretación de la obediencia debida dentro de los cuerpos militares que fuera abandonada desde los juicios celebrados en Nuremberg contra los criminales de guerra nazis, sus jueces y otros acólitos de aquel régimen de horror. La consideran una quimera aquellos que han visto arraigarse su rencor como respuesta a la insensibilidad oficial frente a sus reclamos de verdad y justicia. La reconciliación, sin embargo, es viable cuando se le aborda con realismo, acompañada de procesos complementarios de verdad y justicia.
Un conjunto de mitos y falsas definiciones han contribuido a enturbiar el entendimiento acerca del significado y alcance de la reconciliación, por lo que se hace necesario puntualizar algunas clarificaciones sobre el tema:
1. La reconciliación no puede ser el primer proceso que se convoque, ni puede ser decretada. Las víctimas esperan que se les haga justicia y esta puede tomar diversas formas: sancionar a los culpables, compensar a las víctimas, reconocer socialmente lo ocurrido y el dolor que les fue causado.
2. Amnistía no es amnesia. La verdad casi nunca es unívoca, pero los hechos sí lo son. Los distintos protagonistas poseen diferentes verdades sobre las cuales intentan explicar su actuación. Los hechos son unívocos, aunque su reconstrucción requiera de la revisión seria y sosegada de las versiones diferentes que existan sobre ellos. La reconstrucción más exacta posible de los hechos es la esencia del proceso de búsqueda de la verdad.
3. Empatía no es simpatía. La reconciliación no exige la amistad con los antiguos verdugos. Lo que demanda un proceso de reconciliación es la comprensión del contexto donde todos actuaron –de uno y otro lado- y de los métodos inaceptables que ambos pudieran haber empleado para alcanzar sus objetivos, por legítimos que fuesen algunos de ellos.
4. Para recibir perdón hay que pedirlo de manera clara y sincera a las víctimas, las únicas que pueden extenderlo. La amnistía legal es la exoneración por parte del poder judicial de la sanción debida por los crímenes cometidos. Las amnistías no representan un reconocimiento de que la persona era inocente, sino constituyen un acto de clemencia por razones de estado ante un culpable a quien se libera de tener que cumplir la sanción merecida.
El perdón que puede llegar a extender una víctima tampoco supone concederle al verdugo un reconocimiento de inocencia, sino la decisión de la víctima de hacer dejación de sus legítimos reclamos de justicia punitiva contra aquel en el futuro. El estado tiene la prerrogativa de amnistiar cancelando las
5. La solicitud de perdón de parte del victimario supone la inclusión de ciertos elementos, sin los cuales tal reclamo es apenas un cínico ardid para evitar las consecuencias de sus actos pasados en las nuevas circunstancias. Una solicitud de perdón formulada ante aquellos que han sufrido en el pasado a manos de la persona, institución o gobierno que ahora se la reclama supone, como mínimo, cuatro elementos:
  • El claro reconocimiento de que se causó un mal y de la magnitud del sufrimiento
  • Resultar convincente acerca del arrepentimiento por el daño provocado.
  • La clara disposición individual a remediar o a compensar de algún modo a sus víctimas.
  • Una explicación –no una justificación- de las razones que cree lo indujeron a actuar de manera tan ignominiosa y aborrecible.

EL DEBER DE LA VERDAD, DE LA JUSTICIA Y DEL AMOR AL OTRO
"El deber de la verdad, de la justicia y del amor al otro". este es un enfoque global de cada tema pero a la vez, aplicable de forma fácil a la vida personal de cada uno.
La verdad, la justicia y el amoral otro son tres ingredientes que no deben faltar en nuestras vidas, ya que cuando alguno de esos elementos faltan en una persona, ésta se convierte en un ser infeliz y a la vez perturba la vida de otros.

REFLEXIONES EN BASE AL TEMA
EL DEBER DE LA VERDAD, DE LA JUSTICIA Y DEL AMOR AL OTRO

La verdad, la justicia y el amor a los demás no son simplemente una alternativa o una opción más que se nos presenta, sino que por el contrario, tal como lo dice el tema, SON UN DEBER.
Como seres humanos somos seres sociales. El desarrollo pleno de nuestra personalidad puede darse solamente en sociedad. Pero si queremos tener una convivencia social placentera, llena de armonía y de paz, necesitamos ser responsables en el cumplimiento de nuestros deberes y tratar a los demás tal como queremos que los demás nos traten a nosotros. Tres factores indispensables para una convivencia social agradable son la verdad, la justicia y el amor.

PENSAR LA VERDAD, OBRAR LA VERDAD Y DECIR LA VERDAD

Es definitivamente una obligación moral y algo que debe captar toda nuestra atención y respeto.
a) Pensar la verdad. Es nuestra responsabilidad buscar la verdad y evitar todo tipo de engaño. Es una misión fundamental para esto necesitamos ser veraces y sinceros con nosotros mismos.
b) Obrar la verdad: Obrar la verdad implica cumplir lo prometido y ser fiel a la palabra dada.
c) Decir la verdad. la veracidad es una obligación ética que todos tenemos hacia las demás personas.

DEFINICIÓN DE JUSTICIA

Justicia es "la voluntad constante y permanente de dar a cada uno lo suyo", según Ulpiano, que fue un romano que vivió en el siglo segundo. Dar a cada uno lo suyo significa darle a cada uno aquello a lo que tiene derecho.
Existen ciertas condiciones para que algo sea objeto de justicia. Dos condiciones son las que deben entrar para que haya deber de justicia:
1. Algo exigible: "Tú me debes".
2. Algo determinable: "Me debes tal cosa a la cual yo tengo derecho". .

EL DEBER DEL AMOR: RELACIÓN ENTRE JUSTICIA Y AMOR

El amor tiene una especial relación con la justicia, pues la perfecciona. Si no amamos sinceramente, no atendemos a los derechos del prójimo y por tanto no practicamos la justicia.
¿Amar es sólo una opción o también un deber? Para responder a esto, tomemos consideración de los siguientes aspectos:
1) El amor no es exigible (excepto en el contrato matrimonial).
2) Aunque el amor no es exigible, tampoco es simplemente opcional o facultativo, sino que es un deber, tal como en la Biblia se nos dice "ama a tu prójimo como a ti mismo".
3) No siempre es posible diferenciar a cabalidad ente el amor y la justicia.
4) Nunca la justicia cubrirá las exigencias ni todo el campo del amor, pues el amor puede llegar al heroísmo y aun al sacrificio de sí mismo o a entregar la vida por amor a otro, lo cual no lo contempla la justicia.
5) El amor nos permite conocer más clara y adecuadamente los derechos del prójimo, por lo cual afirmamos que sin amor, la justicia permanece fría y no progresa.

CONCLUSIÓN

Hemos encontrado muchas conclusiones respecto a todo lo mencionado en las páginas anteriores, pero daremos a conocer acá las conclusiones básicas a las que se puede llegar luego de este trabajo.
En cuanto a la verdad, hemos aprendido que su importancia es muy grande para el buen desarrollo social y comunitario, siendo la verdad una obligación que todos tenemos para con los demás y para con nosotros mismos.
La justicia es también un pilar para la buena convivencia social, pues mediante el respeto de los derechos de los demás y el cumplimiento de nuestros deberes y obligaciones, tendremos mayor tranquilidad y nos sentiremos satisfechos al sentir que se nos está respetando y también porque estaremos respetando a las demás personas.
El amor es también algo que no puede faltar para que verdaderamente exista una buena convivencia social. La justicia sin amor no estaría completa, y el amor nos lleva a decir la verdad a nuestros semejantes, de manera que con el amor llegamos a aplicar correctamente tanto la verdad como la justicia.
También hemos aprendido del enorme valor e importancia que tiene el respeto y aplicación de los derechos humanos en todos los países del mundo, pues a través de ello habrá mayor igualdad y justicia para todos y tendremos un mundo mejor donde haya mayor paz y tranquilidad para todos.

viernes, 30 de abril de 2010

EXCLUSION SOCIAL - CAUSAS, DIMENSIONES Y GRUPOS VULNERABLES

- Proceso mediante el cual los individuos o los grupos son total o parcialmente excluidos de una participación plena en la sociedad en la que viven

- Los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de una o varias opciones consideradas fundamentales para el desarrollo humano.
El concepto de exclusión social es multidimensional, y sus dimensiones pertenecen a tres áreas de gran importancia como son: los recursos, las relaciones sociales y los derechos legales:

1. PRIVACIÓN ECONÓMICA:
a. Ingresos insuficientes. b. Inseguridad en el empleo.
c. Desempleo. d. Falta de acceso a los recursos.

2. PRIVACIÓN SOCIAL:
a. Ruptura de los lazos sociales y familiares, fuente de capital social y de mecanismos de solidaridad orgánica y comunitaria.
b. Marginación social.
c. Alteración de los comportamientos sociales.
d. Falta de participación en las actividades sociales y políticas.
e. Deterioro de salud.

3. PRIVACIÓN POLÍTICA:
a. Carencia de poder.
b. Falta de participación en las decisiones que afectan a su vida cotidiana.
c. Ausencia de participación política y escasa representatividad.
La sociedad se divide entre los incluidos sociales y los excluidos sociales.
- INCLUIDOS, son los productivos.
- EXCLUIDOS, son los no productivos.

A. DIMENSIÓN ESTRUCTURAL O ECONÓMICA:
a. Carencia de recursos materiales, derivada de la exclusión del mercado de trabajo.

B. DIMENSIÓN CONTEXTUAL O SOCIAL:
a. Caracterizada por la falta de integración en la vida familiar y en la comunidad de pertenencia.

C. DIMENSIÓN SUBJETIVA O PERSONAL:
a. Ruptura de la comunicación.
b. Debilidad de la significación y erosión de las dimensiones vitales.

POBREZA Y EXCLUSIÓN SOCIAL.
Los valores dominantes de cada momento en una sociedad y en una cultura establecen la forma de medir la pobreza. No sólo se refiere la pobreza a la falta de medios económicos, sino a la carencia de otros factores.
Definición de pobreza: Aquel proceso en el que las necesidades humanas consideradas básicas (salud física y autonomía) no pueden satisfacerse de forma prolongada en el tiempo o involuntariamente
La pobreza es el no poder tener acceso a los recursos necesarios para ser capaz de realizar unas actividades mínimas relacionadas con la supervivencia, salud, reproducción, relaciones sociales, conocimientos y participación social.

RASGOS BÁSICOS DEL PROCESO DE EMPOBRECIMIENTO.- La pobreza tiene causas estructurales:
- Permanece en el tiempo.
- Es dinámica.
- Supone insatisfacción de necesidades básicas.

POBREZA ABSOLUTA: No tener un mínimo objetivamente determinado para garantizar la supervivencia.

POBREZA RELATIVA: No tener lo mismo que los otros, estar por debajo de la media del país.

RELACIÓN POBREZA - EXCLUSIÓN SOCIAL.
La exclusión social está condicionada por las estructuras socioeconómicas y políticas de cada país. También está ligada a factores como la situación geográfica, y a otros como la discriminación por cuestiones de género, casta o etnia.

MECANISMOS ESTRUCTURALES DE PRODUCCIÓN DE EXCLUSIÓN.
- La persistencia del desempleo de larga duración.
- Las consecuencias para el mercado laboral de los cambios en las sociedades industriales.
- El deterioro de las estructuras familiares.
- La evolución del sistema de valores.
- La tendencia a la fragmentación social.
- La evolución de los fenómenos migratorios.

La exclusión social se puede considerar como:

• CARACTERÍSTICA INDIVIDUAL: Se relaciona con las condiciones de vida de las personas o los grupos considerando que estos se encuentran en desventaja.

• FACTOR SOCIAL: Hay exclusión social cuando se produce alguna forma de discriminación desde la estructura social y cultural en la que viven los ciudadanos.
Frente a la pobreza y a la exclusión social, se manejan términos como la inserción o la integración social. Son términos distintos que se tienen que manejar en contextos diferentes. La inserción es una fase de la integración social.
La pobreza es el mayor determinante individual de mala salud, y se relaciona con elevadas tasas de consumo de sustancias nocivas para la salud (alcohol, tabaco, drogas, etc)

Teniendo en cuenta que la OMS define la salud como el bienestar físico, psíquico y social, la protección de la salud significa la educación y la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, la curación de todas las formas de pérdida de salud y la reinserción social de las personas, individual y colectivamente.

GRUPOS DE RIESGO.

A) PERSONAS CON DISCAPACIDAD PSÍQUICA Y EL ENTORNO FAMILIAR:
* Problemas con enfermos mentales crónicos:
- La asistencia sanitaria se reduce al control de episodios agudos.
- Seguimiento escaso o nulo.
- Dificultades de acceso a recursos psicosociales.
- Escasos recursos económicos o educativos.
- Problemas sociales de incomunicación, soledad y aislamiento.
- Dificultades de seguir el tratamiento, si viven solos.

* Problemas de las familias de estos enfermos:
- Gran carga emocional y esfuerzo.
- Escaso apoyo del sistema sanitario.
- Pérdida de salud importante en el cuidador principal.

El enfermo puede llegar a sufrir un proceso de exclusión social. Sus habilidades no son aprovechadas ni reconocidas como productivas para el sistema.

B) PERSONAS "SIN TECHO": comprende el grupo social en el que podríamos incluir:
- Sin recursos económicos. - Sin hogar.
- Sin apoyos sociales. - Con problemas de alcoholismo /adicciones.
- Elevado índice de patologías mentales. - Aislamiento.
- Marginación. - Invisibilidad.

Son un colectivo con graves problemas de exclusión social, ya que desde las instituciones se piensa muchas veces que no tiene remedio y se limita a ofrecer albergues o comedores sociales para cubrir sus necesidades básicas.

C) INMIGRANTES:
Es un grupo especialmente vulnerable. El proceso migratorio está ligado, generalmente, a condiciones precarias que afectaran a su estado de salud. Influyen factores:
- Ambientales.
- Económicos.
- Sanitarios.
- Sociales.
- De género, etc.

Uno de los problemas, es que no tienen posibilidades de participar en el proceso de planificación de las acciones para la mejora de la salud de su colectivo. Esto junto con otras causas de tipo económico, político y cultural, provocan muchos problemas de exclusión social en las sociedades receptoras de población inmigrante.

D) LA TERCERA EDAD: Los ancianos son personas muy vulnerables por distintas razones, pues carecen del apoyo social por vivir socialmente aislados por:
- Problemas físicos (incapacidades, minusvalías, etc)
- Razones generacionales (carencias sociales y culturales)

Las sociedades capitalistas muchas veces los rechazan por no ser productivas, sino que son receptores del Estado de Bienestar.

E) LOS DESEMPLEADOS DE LARGA DURACIÓN:
Entre las personas con un puesto de trabajo, existe una asociación entre la categoría del trabajo y la mortalidad y la morbilidad, que se mantiene cuando se efectúa un ajuste entre factores como el nivel educativo o la propiedad de la vivienda.

El desempleo largo o la inseguridad laboral tienen efectos perjudiciales para la salud.
Otros grupos sociales que son vulnerables de padecer exclusión social relacionada con la salud son:

• Los drogodependientes.
• Los enfermos de SIDA.
• Los que ejercen la prostitución.
• Los alcohólicos.

La pobreza y su relación con los derechos humanos:
.La pobreza es causa y producto de las violaciones de los derechos humanos, por ello y por su extensión es que probablemente sea el más grave de los problemas de derechos humanos en las Américas. Hay una causalidad recíproca entre la persistencia y acentuación de la pobreza y la violación de los derechos humanos.

jueves, 22 de abril de 2010

Pueblos originarios

Pueblos originarios es la denominación con la que se conoce a los indígenas americanos a manera de reivindicar su cultura y sus intereses en el actual continente americano (o Abya Yala como era llamado en la idioma del pueblo Kuna), tiene un uso muy difundido por los medios progresistas en la actualidad.
Nombres de algunos Pueblos Originarios:
Araona, Atacama, Atacameño, Aymara, Bauré, Bésiro, Canichana, Cavineño, Cayubaba, Chácobo, Chango, Charrúa,
La primera inmigración en el continente Abya Yala comenzó probablemente antes de seis mil años por los pueblos que hoy llamamos originarios. Hasta ahora no fueron encontrados indicios de una inmigración anterior. Los primeros habitantes de una tierra o de una región son los originarios. Por otro lado; los aztecas llamaron al Continente Americano Ixachitlán que significa Lugar de Tierra Basta, y que también se relacionaba con su nación Anáhuac.
Por otro lado las palabras "indio" e "indígena" reflejan la idea equivocada de los europeos de haber encontrado en Abya Yala la costa occidental de India.

PUEBLOS INDIGENAS DE AMERICA LATINA
Son la población originaria del continente. Dada su enorme diversidad, se les suele agrupar en “familias” de pueblos, que comparten una ubicación geográfica, algunos rasgos culturales y, en ciertos casos, una lengua y una historia comunes. Éste es el caso de los pueblos andinos, mayas y caribes.
Históricamente, los pueblos indígenas de América han sido objeto de discriminación y racismo (discriminación en lengua, en condiciones laborales y salariales, discriminación sexual), situaciones que se han reflejado en matanzas, en la existencia de un trabajo servil y otras muchas formas de injusticia (sobre todo la permanencia de las condiciones de pobreza).
La definición de la lengua indígena como dialecto es un prejuicio, una forma de discriminación que considera, erróneamente, que lenguas como el quechua o el ashaninca, por dar sólo dos de los miles de ejemplos que existen, son formas de comunicarse menos complejas y menos desarrolladas que el español o el inglés o el francés: la lengua

AFRODESCENDIENTES
Los africanos fueron traídos para colaborar con las huestes de los conquistadores y para ser sus sirvientes domésticos. En los gráficos de Guaman Poma se pueden ver los abusos físicos cometidos contra ellos.
Cuando la trata de esclavos se consolidó para las plantaciones azucareras de América, empiezan a llegar al Perú contingentes de africanos para trabajar en la agricultura, especialmente en los valles de la costa. El foco de la labor servil fueron las haciendas del norte, en los valles de Saña, Jequetepeque, Chicama, Santa; en los alrededores de Arequipa y al sur de Lima, en los valles de Cañete, Pisco, Ica y Nazca. La ambición de los españoles y/o criollos avizoró que la producción agrícola, específicamente de azúcar, vino y trigo, se convertiría en una fuente de riqueza para la corona española.
La explotación de mano de obra africana, en el siglo XVI, dio lugar al Sistema de Haciendas que sentó la base de la economía colonial cuya producción era destinada al consumo local y a la exportación.
Los africanos llegados al Perú fueron adscritos a categorías e identidades ajenas según su naturaleza étnica, lingüístico-cultural y procedencia geográfica. En el primer periodo de la Conquista, los africanos llegaron al puerto del Callao -muchos murieron en el camino por las condiciones inhumanas del viaje- y fueron trasladados a pie hasta los corralones del barrio Malambo.
La mayoría de esclavos provenía de la parte central y meridional del África: Congo, Mozambique, Angola, de la parte noroccidental de Guinea y Senegal. Según Carlos Aguirre1, a los esclavos traídos directamente de África se los denominó bozales porque se pensaba que eran más aparentes para el trabajo agrícola, no estaban aculturados y se los consideraba más amenazantes y revoltosos que los criollos o nacidos en América, preferidos para las tareas domésticas y artesanales por ser más dóciles y confiables. Entre los bozales surgió una tercera categoría, la de los ladinos, los nacidos en África pero con un tiempo vivido en alguna zona de América.
La Corona española y los criollos vieron la necesidad de homogenizar a los esclavos eliminando con ello todo rastro de sus costumbres, su religiosidad y su cosmovisión africana para así mantener el orden social y opacar cualquier intento de sublevación. Por su parte la Iglesia católica intentó adoctrinarlos mediante la imposición de los sacramentos cristianos.
En el periodo de la emancipación y en la República, el sistema de la esclavitud estaba decayendo: originaba el caos, la fuga de más cimarrones, había más esclavos libertos por compra, se había introducido en el Perú además la ideología liberal que propugnaba libertad e igualdad con los independentistas. San Martín prometió la libertad a todos los esclavos que se aunaran al ejército emancipador. Esto ocasionó que muchos se enrolaran en el ejército, sin embargo el hecho fue visto por la elite criolla como un pretexto de los esclavos para huir de las haciendas autoproclamándose libres. Si bien San Martín decretó la libertad de vientres para los nacidos a partir de esa fecha, luego se retractó con otro decreto en el que indicaba que los libertos permanecerían bajo la custodia de sus amos hasta los 20 años en el caso de las mujeres y 24 en el de los hombres. Se libró una batalla entre abolicionistas y proesclavistas por el tema de la manumisión y abolición de la esclavitud. Los proesclavistas, como José María de Pando, por ejemplo, temían la ruina de la agricultura y la pérdida de sus privilegios económicos.

En 1854 se dio un enfrentamiento entre Ramón Castilla y José Rufino Echenique. Ambos compitieron por atraer la participación de los esclavos rurales o domésticos en sus propios ejércitos con la condición de otorgarles la libertad. Rufino Echenique decretó que aquel que se presentase al servicio militar por dos años como mínimo obtenía su libertad extendiéndose también a sus mujeres. Además, anunciaba una indemnización a sus propietarios. Ramón Castilla resulta victorioso de la contienda y emitió un decreto el 3 de diciembre de 1854 en el que anunciaba libertad para todos los esclavos sin condición alguna excepto a los que se enrolaron en el ejército de Rufino Echenique.